Al borde de un navío, como capitán del mismo, navega la mancha. Por detrás la acompañan un trío de buques, sus hermanos pensamientos que, con banderas alzadas y cánticos coreados, anuncian la llegada de la flota de la cual la mancha es la comandante.
O mancha, ¡tan lejos has llegado! Solías ser un simple pensamiento, un borrón en una pizarra, y ahora mírate, con tu sombrero negro de ala ancha, con plumas en un costado, con tu traje de lino, rojo y morado. Y al frente de tu barco, al frente de tu flota, o mancha, realmente me has inspirado.
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