Una a una las luces del departamento se fueron apagando. Pronto todas las habitaciones que lo integraban estaban completamente oscuras. El hombre que habitaba el departamento miró por la ventana. Afuera había mucha niebla. Los edificios que veía se fueron apagando también. Alzó la vista. Una a una las estrellas perdieron su luz, así como la luna. El hombre salió a la calle. Era imposible ver entre tanta oscuridad, y con tanta niebla.
El hombre despertó y vio, junto a su cabeza, descansando sobre la almohada, una bufanda negra. Supo entonces de que se trataba.
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