La tienda de té era pequeña. Sus paredes estaban cubiertas por estantes repletos de muchas varidades de té, así como tazas, teteras y otros accesorios. Cerca de la caja había una canasta con un sólo paquete de té verde Aini. Ciento sesenta decía el precio. Ante la caja, mirando dicha canasta, se encontraba un joven muchacho.
-¿Ciento sesenta? A mí me costó cien pesos más. Igualito el empaque y todo -pensó el joven -.Creo que lo llevaré, sí. Además a mí ya se me acabó.
-Con permiso -dijo una mujer de edad avanzada, acercándose a la caja.
-Este...si -dijo el joven.
-Y esto también -dijo la mujer a la cajera mientras una de sus manos arrugadas se estiraba y tomaba el empaque de Aini.
El joven se quedó mirando la canasta vacía.
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