¡Qué vueltas da la vida! Un momento estas en un salón de clases, contestando un examen, y al siguiente una mancha, un borrón sobre el pizarrón, residuo de algún pensamiento del profesor en su clase anterior, te habla y te implora que le salves la vida.
¡Qué vueltas! Como aquella vez que ese mismo profesor no podía recordar sus pensamientos , y aquellos reclamos que le hacía a esa mente traicionera por ocultar el interior de ella. Al final el profesor salió triunfante, recordó el teorema y lo escribió, sólo para más tarde borrarlo y dejar, en su lugar, a la mancha.
¡Vueltas y más vueltas! La inspiración, la influencia de la mancha sobre mí, el impacto de haberla escuchado, el impacto una vez que fue borrada del todo. La necesidad de hacerle justicia, escribirle poemas y obituarios.
Todo por una mancha.
La mancha, un grito desesperado de vida...
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