sábado, 27 de agosto de 2011

El Piano y el Chelo

¿Estoy soñando?
El piano suena afinado. Los graves vibran tal como los recuerdo, mismo los agudos. El banco no se ha movido, ni la silla del chelista. El chelo mismo no parece haber cambiado, su música tampoco.
Debo estar soñando.
El piano es muy hermoso: negro, liso, de cola. El chelo es más viejo, está mas derruído, pero tiene carácter. Ámbos tienen su historia.
La tapa del piano está abierta. El pie del chelo cae ante el atril.
Las partituras están en su lugar. No en el banco, las del piano; ni en el estuche, las del chelo. Se encuentran a la vista del intérprete, listas para ser interpretadas.
Simplemente no lo creo.
La música de los instrumentos llena el cuarto. Es la misma música que ayer practicábamos. Son las mismas notas, con los mismos errores y el mismo tempo.
Sin embargo, ella está en la cama y yo estoy observando.

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