–¿Está listo para ordenar?
–Sí –respondió Renato a la pregunta del mesero –. Quiero el espagueti al pesto.
–¿Y de tomar?
–Un vaso de agua, por favor.
Renato admiró las múltiples decoraciones del restaurante italiano mientras esperaba su comida. Pronto regresó el mismo mesero con un plato hondo y lo colocó frente a él. El plato estaba lleno de agua.
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