lunes, 3 de octubre de 2011

Tus ojos

Son tus ojos dos bellas almedras
Brillantes cual luz de mil estrellas.
Háblame, hermosa, déjame escuchar
La dulce armonía de tu voz. Déjame
Robar, por tan sólo un segundo,
Tu atención. Para mí será eterno,
Y ni el tiempo ni el desén podrán
Borrar aquellos ojos, ni aquella voz.

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